Deshonrada by Mukhtar Mai

Deshonrada by Mukhtar Mai

Author:Mukhtar Mai
Language: es
Format: mobi
Tags: sf_history
Published: 2010-06-26T23:00:00+00:00


Destino

Crecí sin saber quién era. Con la misma alma que las demás mujeres de la casa. Invisible. Lo que aprendía lo cazaba al vuelo, escuchando lo que decían los demás. Una mujer, por ejemplo, comentaba:

—¿Has visto lo que ha hecho Fulanita? ¡Ha deshonrado a su familia! ¡Ha dirigido la palabra a Menganito! Ha perdido el honor.

Entonces mi madre se dirigía a mí.

—¿Ves, hija, lo que ha ocurrido a esa gente? Esto también nos podría pasar a nosotros. ¡Ten cuidado!

A las niñas pequeñas ya les está prohibido jugar con los niños. A un chiquillo al que sorprenden jugando a las canicas con su prima la madre le pega. Más tarde, las madres hacen comentarios en voz alta para que las hijas los oigan. A menudo las críticas van dirigidas a una nuera, por ejemplo.

—¡No escuchas a tu marido! ¡No lo sirves lo bastante deprisa!

Así, las más jóvenes, que aún no están casadas, aprenden lo que hay que hacer y lo que no. Además de la plegaria y la recitación del Corán, ésta es la única educación que recibimos. Y con ella aprendemos a desconfiar, a obedecer, a ser sumisas, temerosas, a respetar totalmente al hombre. A olvidarnos de nosotras mismas.

De niña no era desconfiada, ni adusta, ni silenciosa. Me reía mucho. Mi única confidente era mi abuela paterna, la que me crió y sigue viviendo con nosotros. En nuestro país es normal confiar un niño a otra mujer que no sea su madre.

La abuela ahora es muy vieja y casi no ve. No sabe su edad, como tampoco mi padre ni mi madre. Ahora tengo un carné de identidad, pero mi abuela dice que tengo un año más que lo que dice ese papel. Aquí, en el pueblo, esto no tiene importancia. La edad es la vida, los días que pasan, el tiempo que hace.

Un día, cuando llega la cosecha, alguien de la familia dice:

—¡Ahora ya tienes 10 años!

Un año o seis meses más o menos no importan. A veces se confunden con el hijo anterior o con el siguiente. En los pueblos no existe el registro civil. Un niño nace, vive y crece, y esto es lo que cuenta.

A los 6 años más o menos, empecé a ayudar a mi madre o a mi tía en todo lo que se hacía dentro de la casa. Si mi padre traía maíz para los animales, yo también lo cortaba. A veces iba a ayudarlo a segar la hierba en el campo. Mi hermano Azor Bakhsh se encargaba de la cosecha cuando mi padre trabajaba fuera. Tenía un pequeño taller donde serraba madera.

Con el tiempo, la familia fue creciendo. Una hermana: Naseem. Otra hermana: Jamal, que desgraciadamente nos abandonó. Luego Rahmat y Fátima. Y, por fin, un segundo hijo varón: Shakkur. El último de la familia.

A veces oía decir a mi madre que si Dios le daba un hijo varón en el siguiente parto ya se conformaría. Una manera de decir que ya tenía suficientes hijos. Pero llegó Tasmia, la última hija después de Shakkur.



Download



Copyright Disclaimer:
This site does not store any files on its server. We only index and link to content provided by other sites. Please contact the content providers to delete copyright contents if any and email us, we'll remove relevant links or contents immediately.