Monte Cassino(c.1) by Sven Hassel

Monte Cassino(c.1) by Sven Hassel

Author:Sven Hassel
Language: es
Format: mobi
Tags: Narrativa aventuras
Published: 2011-12-11T00:00:00+00:00


Ein Tiroler wollte jagen

einen Gemsbock silbergrau...[30].

Permanecía allí, solo, mientras las balas trazadoras daban a la noche la claridad del día.

—Está loco —murmuró un monje al teniente Frick—. ¡Hágalo entrar!

Porta se levantó, con la ametralladora ligera en brazos. Manejó con cierta torpeza la tira de cartuchos y, después, dejó cuidadosamente a su lado su sombrero de copa y se ajusto el roto monóculo.

—¡Fuego! —ordenó.

Y vaciló ante el retroceso brutal de la ametralladora. Ésta escupió acero ardiente contra los «Jabo» lanzados en picado.

—¡Charley, Charley, te saludo, viejo hermano!

¿Estaba borracho, loco, o ambas cosas a la vez?

Había colocado una nueva tira de cartuchos y se apoyaba en los restos de un camión.

Una granada luminosa, lanzada por un «Halifax», lo envolvió todo con su luz blanca. Era como una aureola alrededor de la montaña sagrada.

El lugar estaba siendo acribillado por los disparos de los «Jabo» y de los «Mustang».

—¡Porta! —gritó El Viejo, fuera de sí—. ¡Te matarán! ¡No puedes salir con bien de ésta!

—¡Que vayan a buscar a ese chiflado! —ordenó un oficial del Ejército del Aire—. ¡Tres días de permiso al que vaya!

Una nueva granada luminosa brilló en el cielo negro. Un poco al Norte, resplandeció un ciprés.

Porta bebió un trago de su cantimplora y encendió un cigarrillo. Después, separó los pies de su ametralladora, ajustó la mira y estalló en una risotada de borracho.

—¡Hola, Charley! ¿Vienes? ¡Te espero!

Se hubiera dicho que estaba en comunicación directa con los pilotos enemigos. Surgió el primer avión, entre un estruendo horrible. Una bomba estalló como un trueno. El aparato osciló y describió una curva sobre el ala izquierda. Enormes llamaradas brotaron de él.

—Buenas noches, Charley, ¡y gracias por el combate! —vociferó Porta, iniciando una danza guerrera alrededor de los restos de su camión.

Llegaron otros dos aviones, uno detrás de otro. Estallaban las bombas. Un mar de fuego ocultó a Porta a nuestros ojos; pero le vimos salir entre una nube de humo, indemne, mondándose de risa, y siempre con la ametralladora entre los brazos.

Giró sobre sus talones, dando saltitos. Dos segundos más tarde, dirigió el cañón de su arma contra el «Mustang». Después, disparó sobre la cola.

Una explosión espantosa. Porta debió de tocar la bomba amarrada debajo de la carlinga. El aparato quedó destrozado, reducido materialmente a polvo.

—Buenas noches, Charley —volvió a gritar Porta—. ¡Enviaré una postal a tu mamá!

—Es fantástico —exclamó un oficial de paracaidistas—. ¿Quién es ese tipo? ¿Un demonio? ¿Un fantasma?

—Un soldado desconocido que ha bebido demasiado aguardiente y que cree que la guerra es un juego —le respondió El Viejo.

—¡Va a hacerse matar!

Un personaje gigantesco salió de entre los pinos, arrastrando un proyector. Era un trabajo para el cual solía utilizarse una grúa. Dos hombres que habían permanecido en la sombra estaban instalando unos cables. Hermanito acudió en su ayuda. Sin preocuparse de los obuses que estallaban a su alrededor, se saludaron, se estrecharon las manos y se descubrieron.

—Vamos a darte la bienvenida, Charley. ¡Contacto! —gritó Hermanito a los hombres que estaban entre los pinos.

—No podrán ellos solos —gritó Heide—. Voy para allá.



Download



Copyright Disclaimer:
This site does not store any files on its server. We only index and link to content provided by other sites. Please contact the content providers to delete copyright contents if any and email us, we'll remove relevant links or contents immediately.