Bola de Sebo by bola de sebo

Bola de Sebo by bola de sebo

Author:bola de sebo
Language: eng
Format: epub


Por la mañana, un claro sol de invierno hacía brillar la nieve deslumbradora.

La diligencia, ya enganchada, revivía para proseguir el viaje, mientras las palomas de blanco plumaje y ojos rosados, con las pupilas muy negras, picoteaban el estiércol, erguidas y oscilantes entre las patas de los caballos.

El mayoral, con su zamarra de piel, subido en el pescante, llenaba su pipa; los viajeros, ufanos, veían cómo les empaquetaban las provisiones para el resto del viaje.

Sólo faltaba Bola de Sebo, y al fin compareció.

Se presentó algo inquieta y avergonzada; cuando se detuvo para saludar a sus compañeros, se hubiera dicho que ninguno la veía, que ninguna reparaba en ella. El conde ofreció el brazo a su mujer para alejarla de un contacto impuro.

La moza quedó aturdida; pero, sacando fuerzas de flaqueza, dirigió a la esposa del industrial un saludo humildemente pronunciado. La otra se limitó a una leve inclinación de cabeza, imperceptible casi, a la que siguió una mirada muy altiva, como de virtud que se rebela para rechazar una humillación que no perdona. Todos parecían violentados y despreciativos a la vez, como si la moza llevara una infección purulenta que pudiera comunicárseles.

Fueron acomodándose ya en la diligencia, y la moza entró después de todos para ocupar su asiento.

Como si no la conocieran. Pero la señora Loiseau la miraba de reojo, sobresaltada, y dijo a su marido:

—Menos mal que no estoy a su lado.

El coche arrancó. Proseguían el viaje.

Al principio nadie hablaba. Bola de Sebo no se atrevió a levantar los ojos. Se sentía a la vez indignada contra sus compañeros, arrepentida por haber cedido a sus peticiones y manchada por las caricias del prusiano, a cuyos brazos la empujaron todos hipócritamente.

Pronto la condesa, dirigiéndose a la señora Carré-Lamadon, puso fin al silencio angustioso:

—¿Conoce usted a la señora de Etrelles?

—¡Vaya! Es amiga mía.

—¡Qué mujer tan agradable!

—Sí; es encantadora, excepcional. Todo lo hace bien: toca el piano, canta, dibuja, pinta... Una maravilla.

El industrial hablaba con el conde, y confundidas con el estrepitoso crujir de cristales, hierros y maderas, se oían algunas de sus palabras: “...Cupón... Vencimiento... Prima... Plazo...”



Download



Copyright Disclaimer:
This site does not store any files on its server. We only index and link to content provided by other sites. Please contact the content providers to delete copyright contents if any and email us, we'll remove relevant links or contents immediately.